Los
primeros capítulos del libro de Kreps son un resumen de teoría de las
decisiones, que es en palabras llanas una formalización de las reglas que
alguien que trata de mejorar su utilidad debe seguir cuando se enfrenta a
distintas loterías (distribuciones de utilidad entre ciertos pagos). Esta teoría
propone las características que debe tener la toma de decisiones.
Algunos
de estos supuestos han sido violados en el laboratorio y en el campo, presentándose
como evidencia de que el “homo economicus”
no es un modelo fiable, yo comparto la postura de Levine cuando dice que como
toda teoría hay campos en los que se puede aplicar y otros done pierde poder
predictivo. También ha habido otras posturas como el “homo heuristicus” de Gigerenzer o ajustes la teoría en términos que
formas alternas de la función de utilidad o de la probabilidad como es el caso
de Teoría del Prospecto. Estos diferentes “homos” que tratan de dar cuenta de
la realidad de la conducta humana son solo diferentes teorías, y volviendo a
Rubistein; diferentes “cuentos”, la mayoría de ellos aceptan cierto grado de
racionalidad pues con limitaciones o nuevas consideraciones el supuesto dentro
de la teoría de las decisiones de que hay consecuencias que preferimos a otras
y podemos ordenar nuestras posibilidades (función de elección)se mantiene,
incluso en posturas como un “homo
sociologicus”, no se podría entender sin la existencia de preferencias
socialmente construidas.
Hay
otras posturas que pueden tener un punto de vista más radical, como proponer
una racionalidad en términos de la persona que toma las decisiones y no busca
consistencia con alguna teoría sino que la persona esté de acuerdo con su
propia decisión, este es el caso de la postura de Gilboa. Sin embargo a mí no
me parece tan acertada esta definición pues tendríamos que de las únicas cosas
no racionales estarían las elecciones intertemporales, o lo que Rachlin define
como impulsividad, y podemos también tener casos donde malos razonamientos si
llevan a resultados peores como el caso de la paradoja de las tres puertas; la
teoría nos dice que cambiar de elección es lo más racional, agentes que solo usan
reforzamiento para guiar su conducta lo resuelven bien, pero una mala
aplicación de la teoría lleva a no cambiar y por tanto recibir la mitad de los
reforzadores que se recibirían por cambiar.
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